Cuidar una vivienda no es solo reparaciones de mantenimiento o mantener una buena estética, es también atender la ventilación y ser precavido con los olores y humedades. Ventilar un inmueble es una de las prácticas más saludables que se deben llevar a cabo para renovar el aire. Una mala ventilación no solo perjudica el estado de la vivienda con humedades, condensaciones y malos olores, sino también la salud de quienes lo habitan.
Una vez entendida la importancia de la ventilación en el hogar, es hora de aplicarlo a inmuebles que están en venta o alquiler, inmuebles que pasan por un período de tiempo en el que no lo habitan y por tanto es también necesario renovar ventilar. Así que recomendamos llegar con tiempo suficiente antes de la visita inmobiliaria con el posible cliente comprador o inquilino para poner el inmueble en orden, abrir las ventanas y ventilar. Con esto no solo ayudamos a la salud de la vivienda, sino que también eliminamos posibles olores a cerrado.
¿Cómo ventilar un espacio?
• Ventilación natural, es la que se produce de forma espontánea al abrir las ventanas
• Ventilación cruzada, abriendo ventanas y puertas espacios opuestos de la vivienda para poder así renovar el aire.
• Dejar que se renueve el aire por un mínimo 10 minutos.
• Ventilación forzada, cuando se hace uso de elementos mecánicos como por ejemplo la campana de la cocina o el extractor de un baño que no dispone de ventanas.
• Preferiblemente en horas de la mañana o en las horas más cálidas de invierno.
El olfato de uno de los sentidos que influyen en cómo se percibe un espacio una vez se conoce y con esto queremos ir más allá de solo “abrir ventanas” hablamos de trabajar el marketing olfativo, de ambientar las viviendas con un olor neutro, agradable que invite a recorrerla y pasar más tiempo en ella. Teniendo en cuenta, que debe ser un olor sutil que el cliente lo perciba casi sin realmente darse cuenta, porque el olfato está vinculado a la memoria y por ende muy importante tenerlo en cuenta.